La Consejería de Medio Ambiente debe denegar la Autorización Ambiental Integrada solicitada por Fertiberia
Un miembro de Greenpeace mide la radiactividad de los vertidos de fosfoyesos junto a la orilla del Río Tinto, en Huelva.
España — Greenpeace exige a la Dirección General de Costas y a la Junta de Andalucía que pongan fin de inmediato a los vertidos de Fertiberia en las Marismas de Huelva (en cumplimiento de la sentencia de la Audiencia Nacional que confirmaba la caducidad de la concesión que autorizaba a Fertiberia al uso de las Marismas de Huelva para el vertido de fosfoyesos), y que se proceda a una restauración ambiental en profundidad del dominio público afectado por los mismos, a cargo de esta empresa.
Además, Greenpeace demanda a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta que deniegue la Autorización Ambiental Integrada solicitada por Fertiberia para proseguir con sus vertidos tóxicos y radiactivos en las marismas onubenses, por cuanto esta empresa no reúne las condiciones para su obtención.
En este contexto, Greenpeace apoya la concentración que ha organizado la Asociación Mesa de la Ría, para hoy martes día 29 de abril, bajo el lema “No a los fosfoyesos”, en la Plaza de las Monjas de Huelva, a las 20:30 H.
“La nueva consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, debe demostrar su apuesta por la sostenibilidad y su preocupación por la salud y el medio ambiente de los onubenses ordenando el fin de las actividades contaminantes de Fertiberia y el inicio inmediato de la restauración ambiental de las Marismas de Huelva”, ha declarado, Julio Barea, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace.
Para Greenpeace y WWF/Adena, que también apoya la concentración, esta restauración debe ser uno de los motores económicos de futuro para la capital onubense, en sustitución de actividades que, como la de Fertiberia, cada vez generan menos puestos de trabajo y más problemas ambientales y sociales, así como de imagen a Huelva.
Las agresiones, absolutamente intolerables, a la salud y al medio ambiente que padecen desde hace décadas los onubenses por culpa de una industria sucia obligan a Greenpeace a abrir una campaña para combatir la contaminación en Huelva y revertir una situación que ha sido calificada en Europa como de “la mayor catástrofe ambiental a escala mundial”, sobre todo porque está poniendo en peligro la salud de más de 150.000 personas que viven en uno de los ambientes más contaminados de Europa.
Entre las actividades de Greenpeace al respecto se encuentra la denuncia ante la Unión Europea del desastre causado por Fertiberia en las Marismas de Huelva, lo que ha motivado que la Comisión Europea haya abierto un expediente a España sobre el asunto.
“¿Merecen los onubenses vivir junto al vertedero de residuos tóxicos, peligrosos y radiactivos más grande de Europa? Como la respuesta no puede ser más que negativa, entonces ¿por qué las administraciones responsables -Ministerio de Medio Ambiente, Junta de Andalucía y Consejo de Seguridad Nuclear- siguen mirando hacia otro lado cuando los ecologistas y la ciudadanía de Huelva exigen una solución al problema?”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña sobre Energía Nuclear de Greenpeace.
Huelva necesita una solución inmediata. Por eso exigimos a la Junta de Andalucía, al Gobierno central y al Consejo de Seguridad Nuclear, que asuman su responsabilidad y actúen ya sin más dilación si no quieren seguir siendo cómplices de esta catástrofe sanitaria y ambiental.
En este contexto, Greenpeace apoya la concentración que ha organizado la Asociación Mesa de la Ría, para hoy martes día 29 de abril, bajo el lema “No a los fosfoyesos”, en la Plaza de las Monjas de Huelva, a las 20:30 H.
“La nueva consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, debe demostrar su apuesta por la sostenibilidad y su preocupación por la salud y el medio ambiente de los onubenses ordenando el fin de las actividades contaminantes de Fertiberia y el inicio inmediato de la restauración ambiental de las Marismas de Huelva”, ha declarado, Julio Barea, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace.
Para Greenpeace y WWF/Adena, que también apoya la concentración, esta restauración debe ser uno de los motores económicos de futuro para la capital onubense, en sustitución de actividades que, como la de Fertiberia, cada vez generan menos puestos de trabajo y más problemas ambientales y sociales, así como de imagen a Huelva.
Las agresiones, absolutamente intolerables, a la salud y al medio ambiente que padecen desde hace décadas los onubenses por culpa de una industria sucia obligan a Greenpeace a abrir una campaña para combatir la contaminación en Huelva y revertir una situación que ha sido calificada en Europa como de “la mayor catástrofe ambiental a escala mundial”, sobre todo porque está poniendo en peligro la salud de más de 150.000 personas que viven en uno de los ambientes más contaminados de Europa.
Entre las actividades de Greenpeace al respecto se encuentra la denuncia ante la Unión Europea del desastre causado por Fertiberia en las Marismas de Huelva, lo que ha motivado que la Comisión Europea haya abierto un expediente a España sobre el asunto.
“¿Merecen los onubenses vivir junto al vertedero de residuos tóxicos, peligrosos y radiactivos más grande de Europa? Como la respuesta no puede ser más que negativa, entonces ¿por qué las administraciones responsables -Ministerio de Medio Ambiente, Junta de Andalucía y Consejo de Seguridad Nuclear- siguen mirando hacia otro lado cuando los ecologistas y la ciudadanía de Huelva exigen una solución al problema?”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña sobre Energía Nuclear de Greenpeace.
Huelva necesita una solución inmediata. Por eso exigimos a la Junta de Andalucía, al Gobierno central y al Consejo de Seguridad Nuclear, que asuman su responsabilidad y actúen ya sin más dilación si no quieren seguir siendo cómplices de esta catástrofe sanitaria y ambiental.
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